Día De Muertos, Una Experiencia Mexicana Que Te Sorprenderá.
Día de muertos es una celebración de la vida que habla sobre la muerte. Esta paradoja sólo es posible en el lugar más surrealista del mundo: México.
En este post nos adentraremos a fondo en la magia que envuelve a la tradición mexicana del Día de muertos, esta celebración que contiene, dentro de sí, el espíritu colorido, aventurero y con esta relación tan cercana a la muerte que poseemos los mexicanos, pero, para una mejor comprensión, hablaremos, brevemente, del plano general de las visiones de la muerte en América latina.
América Latina y la muerte
En América Latina se le rinde culto a la muerte. A pesar de que no es el único lugar en el que esto acontece, sí se puede argumentar que en sí, el latino, es un ser que tiene cercanía con la muerte por muchos frentes. Quizás, devenido esto, desde la forma en que la libertad de sus pueblos ha venido a nacer, partiendo esto desde una perspectiva dinámica en cuanto a las visiones de la muerte.
La gente de América latina rezará a la Santa Muerte en búsqueda y en pedimiento de una muerte digna, celebrará a sus muertos entre fiesta y algarabía, gastará dinero en encontrar un espacio terrenal para acostarse a disfrutar de su descanso eterno.
En América Latina la muerte se llora, pero se celebra. En los países de habla hispana, en el continente americano, los días de luto son también días de algarabía y celebración, porque a través de la pérdida se celebra la vida de los que pasaron por aquí. En latinoamérica tenemos un arraigo interesante, pareciera que la vida no acabara, como si en nosotros, los sentidos de felicidad se vieran plasmados en una sensación de infinidad, como si esta vida terrenal fuese sólo el primer paso para los caminos que las almas y los espíritus puedan llegar a tomar.
En México, por ejemplo, la muerte se llora y se disfruta a la vez, paradójicamente, entre la algarabía de la presencia de los muertos que, según las tradiciones ancestrales, el 1 y 2 de noviembre se pasean entre los vivos, a quienes los mexicanos recordamos entre ofrendas, de las que hablaremos un poco más adelante.
En América Latina la muerte se llora, en México se llora y se disfruta, paradójicamente, entre la algarabía de la presencia de los muertos que, el 1 y 2 de noviembre se pasean entre los vivos, que los recuerdan entre ofrendas, de las que hablaremos un poco más adelante.
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Para comprender mejor esta tradición, tendremos que regresar a tiempos inmemoriales, aquellos en que la conquista española sobre la nación azteca había ya garantizado su entrada, no solamente en los confines bélicos, evidentes de la colonización, sino también desde la óptica de las mezclas ideológicas, mejor conocidas hoy en día como “sincretismo”, es decir, la manera en que las prácticas religiosas de los pueblos conquistados y los de los conquistadores se entremezclan para generar nuevos ritos, mitos y prácticas religiosas que, en su mayoría, han logrado perdurar y sopesar los embates del tiempo.
Día de muertos: ¿Un solo orígen?
En el caso del día de muertos, aunque la costumbre tiene su origen ideológico en las comunidades indígenas, la mezcla de ideas se ha apoderado de la fecha, casi hasta el grado de difuminarse por completo su idea original, convirtiendo al sincretismo religioso entre lo español y lo indígena, en una especie de dogma que confiere la nueva verdad de esta tradición, transformándola así en fiesta y celebración.
En términos prácticos, la combinación de visiones respecto a esta tradición la han convertido en un espectáculo a ojos de quien nos visita durante estas fechas, que si bien se han vuelto en un tema importante para los mexicanos en general, más importantes son para las comunidades indígenas y originarias, es decir, aquellas que existen en México desde antes de la llegada de los españoles.
En el fondo, ésta tradición proviene de la capacidad del mexicano originario para hacerse preguntas importantes, o mejor conocidas como “fundamentales”:
- ¿De dónde vengo?
- ¿Quién soy?
- ¿A dónde iré cuando muera?
- ¿Existe algo más allá?
Estas preguntas denotan la percepción de un mundo que acaba, pero de un alma que perdura.
La muerte juega el papel que representa el fin de las cosas, pero a la vez el comienzo de otras cosas nuevas, el de un camino diferente, que se recorre fuera de la vista de los todos, pero que es un lugar, un tiempo, al que todos asistiremos, ya que es esta nuestra única certeza.
Y este anclaje, que es también universal, tiene uno de los reflejos más hermosos en el mundo de las ideas cuando, en su influencia pura, interna, el indígena pretende regresar a sí mismo a través de la idea de estar contacto con la familia que ha partido al otro mundo, al menos una vez al año, época durante la cual se le procura el alimento, la bebida y el consentimiento a los muertos, o los que ya no están, como parte de una figura más grande, una que representa la madurez del olvido, la superación del duelo desde un punto de vista idiosincrático, un símbolo de minimización de la pérdida y el luto a través de la idea de que, aunque la gente haya partido de este plano, tiene la habilidad de regresar y convivir, de iluminar el camino a lo largo de dos días, 1 y 2 de noviembre, durante los que nuestros muertos se convierten en guías, así como nosotros en senderos luminosos para ellos, en el paso temporal por este mundo de los vivos, indicándoles el camino a través de las velas, de luz, de su comida y sus bebidas favoritas.
La ofrenda, lugar en donde yacen todas estas cosas, representa, más bien, el estado de abundancia en que se vive, y del que, quizás, el propio mexicano pareciera no percatarse.
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Ofrendas de día de muertos
¿Qué es una ofrenda de día de muertos?
Una ofrenda de día de muertos es un altar que se construye en familia. Es una actividad que se lleva a cabo en México en el día previo al día de muertos.
Más que un objeto ornamental, aunque también lo sea, la ofrenda es un ritual que se hace en compañía de los seres queridos. Una ofrenda de día de muertos es una manera de invitar a los difuntos a la convivencia con sus familiares, atrayéndolos así con sus comidas, bebidas y fotografías o recuerdos favoritos.
En las ofrendas se colocan las cosas favoritas de los difuntos a los que se rinde tributo y se abre invitación. Estas se dividen por niveles o “pisos”, y en ellos se colocan, de abajo hacia arriba, las cosas para los niños, como juguetes, dulces o libros para colorear con crayones, pasando por pan de muerto y juegos como la lotería para los más jóvenes y adultos jóvenes, así como, en el nivel superior, las bebidas alcohólicas y cigarros que traerán a los difuntos más viejos los recuerdos de sus momentos felices o más disfrutables.
En el altar que se construye durante esta actividad, las familias seleccionan objetos y los colocan en mesas con diferentes niveles, generalmente sobre un mantel blanco:
- Pan dulce, nacido directamente de la mezcla cultural entres España y México, este objeto representa el cuerpo de cristo.
- Frutas típicas, el dulzor de la vida, los recuerdos y memorias que embelesan a las ánimas que nos visitan.
- Bebidas alcohólicas, traerán recuerdos agradables a los invitados de gala que vienen desde el mundo de los muertos.
- Sal, el elemento purificador del cuerpo y de las almas, cuidando el viaje de los difuntos tanto de venida a nuestro mundo en su visita, como al salir de él para regresar al más allá.
- Agua, para mitigar la sed de los visitantes que han caminado desde el más allá.
- Cigarrillos de chocolate o de tabaco, dulces y humos para el disfrute y goce de los visitantes del inframundo.
- Cañas de azúcar con gollete, representativos del tzompantli, o la acumulación de cabezas o cráneos empalados de los invasores enemigos de la colonia. Los panes o golletes representan las cabezas, y las cañas los palos en los que éstas descansaban como símbolo de un triunfo bélico.
- Velas y veladoras, que significan la fe, la luz, la esperanza, la flama que, titilante, les indica dónde está el camino de vuelta a casa.
- Retratos de los difuntos, siempre mirando en dirección a un espejo para dar a entender que no podemos mirarlos directamente, ya que no deben olvidar que ya no forman parte de este mundo.
- Petate, este funciona como lugar de descanso para las ánimas que han venido a visitar al mundo de los vivos.
- Izcuintle de juguete, destinado a atraer a los niños como representación de la felicidad que una mascota puede brindar, además de que este mítico animal es representativo del cruce del río Chiconahuapán, que es el último umbral antes de llegar al Mictlán, o inframundo.
- Copal e incienso, el copal e incienso, completamente nacidos del sincretismo entre lo indígena y lo español, era utilizado para sublimar la oración y la alabanza. Una combustión fragante que conforma una guía aromática para los muertos, limpiando el entorno de los malos espíritus.
- Flores de varios tipos, pero especialmente la flor de cempasúchil. Simbolizan el ambiente de fiesta y el espíritu elevado y del buen humor de los mexicanos, además de que simbolizan el acompañamiento a las almas de los niños.
- Calaveritas de azúcar, las de tamaño mediano son alusivas a la muerte,que está siempre presente. Las pequeñas representan a la Santísima Trinidad y las de gran tamaño representan al Padre Eterno.
- Papel picado, dícese de aquello que representa el aire, elemento que debe estar presente en cualquier altar.
Cada uno de los objetos que conforman a una ofrenda es símbolo, anclado a un significado, que remonta a aquellas personas que ya no están en el mundo de los vivos, de este modo se les brinda a los muertos una guía, un sendero de luz, color, alimento y recuerdos que dará a las almas de los difuntos pistas sobre cómo llegar a casa y establecer contacto con sus vivos.
En distintos sitios del país mexicano las tradiciones cambian un poco, inclusive hasta el punto de tener denominaciones regionales, como es el caso del Hanal Pixán, en Yucatán y Quintana Roo, en donde las ofrendas, alimentos y costumbres son un poco diferentes. Así como la fiesta o baile del Xantolo, que es la fiesta de las ánimas en la zona del estado de Hidalgo, también con sus usos y costumbres diferentes.
Celebración del día de muertos
Se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre, durante los cuales se festejan temas en específico. Por ejemplo, el día de todos los santos sucede el 1 de noviembre. Durante este día, la creencia es que es este momento en el que los espíritus visitan las ofrendas.
Pero, siendo este el primer día, está reservado para los espíritus pequeños, es decir, este día los que visitan los altares son los niños que han partido a otro mundo y vuelven para disfrutar de la ofrenda que se les ha brindado.
Así, el segundo día, 2 de noviembre, está reservado para los visitantes adultos, que vienen desde los límites de la muerte para probar las delicias que se dejan para ellos en los altares.
A lo largo de estos dos días, además, sucede otro sincretismo interesante, mezcla devenida desde la cercanía y lo limítrofe del país mexicano con los Estados Unidos al norte.
En el imaginario indígena mexicano, en realidad, estos no serían días de fiesta o celebración, como se ha popularizado en medios de comunicación, sino, más bien, días de guardar, de recordar y honrar a nuestros muertos. Sin embargo, dada la cercanía con el país vecino al norte y, así mismo, la cercanía con la celebración del Halloween, ha generado una interesante costumbre en el mexicano:
Salir disfrazado a las calles.
¿Qué es pedir calaverita?
La costumbre, durante el 1 y 2 de noviembre, día de muertos en México, es que los niños salgan disfrazados a las calles. Aunque hoy en día los disfraces pueden variar y estar mezclados con los de cultos cinematográficos alusivos al terror y suspenso, en su mayoría los disfraces de los niños son de “calaverita”, representación de un esqueleto.
Así, los niños salen a las calles, disfrazados, bolsa en mano, dispuestos a "pedir calaverita", acción que consta de tocar de puerta en puerta, timbre el timbre, en las casas aledañas a las suyas, o en zonas elegidas, para pedir dulces. La costumbre es que las familias mexicanas están listas para esto y pueden dar, desde monedas, como símbolo de la cornucopia o prosperidad, hasta dulces o frutas para aquellos que pretenden cuidar de la alimentación de los más pequeños.
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Es curioso pensar en que la acción es muy parecida a la que se lleva a cabo por los niños durante las celebraciones de Halloween al acercarse a las puertas de las casas a pedir “dulce o truco”, sin embargo, este tipo de mezclas son naturales en las zonas fronterizas y, usualmente, terminan convirtiéndose en prácticas normales de las sociedades y estados vecinos, permeando al final en sociedades completas.
¿En dónde es el día de muertos?
El día de muertos se celebra en todo México, e incluso en varios países de América latina, en donde las costumbres son bastante similares a las mexicanas, sin embargo, México es el lugar en donde mayor connotación y presencia existe el 1 y 2 de noviembre.
En todos los estados de la república se llevan a cabo eventos que hacen de esta tradición una celebracion llena de color, plagada de costumbres mexicanas mezcladas con las de otros países, por lo que es una de las festividades más interesantes del mundo, especialmente por el tipo de comida que se sirve durante esos días, así como lo colorido de las ofrendas y vestimentas de las personas por las calles.
Una de las instancias en donde se celebra esta tradición de manera interesante es el caribe mexicano, en donde recibe el nombre de Hanal Pixán, y durante la cual los alimentos de la península de Yucatán, en Cancún y alrededores, hacen su presencia con un énfasis mayor.
Comida de día de muertos en Cancún
La cultura maya sostiene tradiciones muy fuertes hasta nuestros tiempos, una de ellas es la comida y, especialmente, la deliciosa comida que se consume durante las celebraciones de la tradición de día de muertos o Hanal Pixán, como lo llaman en esta área del país mexicano. La comida maya es variopinta, ancestral y con modos de elaboración bastante intrincados que, consecuentemente, brindarán a cualquier paladar un sinfín de experiencias.
"Pollo Pib" or "pibipollo", un “pan de carne” tradicional para las celebraciones del Hanal Pixán (análogo de Día de muertos), el mote Pib significa “horno bajo tierra” y a la vez “tamal” o “envuelto”.
- Tanchucuá, una bebida de atole hecha con masa de maíz nuevo y cacao molido, en algunos casos se le agrega un poco de anís y debe disfrutarse caliente.
- Sikil pak, pepitas de calabaza molidas y entomatadas sazonadas con chiles. Se utiliza como un dip botanero para comer con totopos o en tostadas.
- Cochinita pibil, un preparado de carne de cerdo con achiote y una multiplicidad de especias y combinaciones de sabores que llevarán a tu paladar a un extremo de placer impresionante.
- Salbutes, tortitas de masa rellenas con diferentes guisados que pueden variar desde mariscos hasta el tíipico relleno negro.
- Papadzules, símil de las enchiladas: tortillas rellenas con huevo, enrolladas y bañadas en una salsa verde de pepitas de calabaza.
- Xeek, postre elaborado a manera de una ensalada de cítricos. Lleva naranja dulce, limón dulce, toronja, jícamas. Se adereza con limón, sal y chile habanero o chile molido.
Día de muertos en Cancún
Xcaret Cancún
En el caso de que estés visitando Cancún, la Riviera Maya o Tulum, estarás en el lugar indicado para vivir aventuras de día de muertos como en ningún otro lugar del mundo. Primordialmente porque, como mencionamos antes, los alimentos que estarán disponibles para que los pruebes, son realmente especiales, pero, también, porque el estado de caribe le añade un toque único a una tradición, que es de por sí ya colorida y esencialmente mexicana.
En diferentes sitios de la ciudad de Cancún, Tulum y Riviera Maya hay acontecimientos, pero quizás el más relevante a nivel turístico es el Festival de Vida y Muerte que acontece en las instalaciones del hotel Xcaret.
El festival de vida y muerte se lleva a cabo dentro de las instalaciones del parque de Xcaret y es una celebración de muy alta calidad visual en la que el parque se viste de gala y mexicanismos por doquier.
En el recinto se organiza un show impresionante que podrás apreciar mientras disfrutas de alimentos y bebidas que puedes adquirir alrededor del parque, así como teatro y conciertos que acontecen durante los días tradicionales del día de muertos o hanal pixán.
Recuerda que para llegar a este festival puedes contactarnos para agendar un servicio de transporte privado y seguro desde Cancún aeropuerto a Xcaret.
Hanal Pixán in Tulum
En Tulum hay celebraciones del Hanal Pixan o día de muertos que te fascinarán, ya que en varios de los hoteles y recintos de este pueblo mágico.
A lo largo del pueblo se llevan a cabo festivales holísticos y multidisciplinarios que dejará a tus sentidos en un estado de impresión, deleite y placer impresionantes, ya que las experiencias pueden constar desde puestas en escena, conciertos de música electrónica convenciones de bienestar y salud, masajes, aromaterapias, temazcales, yoga, sound healing o experiencias culinarias, y todo con temática del día de muertos o hanal pixán.
Puedes contratar con nosotros un servicio de transfer desde Cancún aeropuerto a Tulum para asistir a cualquiera de estos eventos.
Día de muertos en Playa del Carmen
Playa del Carmen es uno de los sitios más solicitados en el caribe mexicano, y esto se debe a que es un lugar muy representativo de la cultura mexicana. Durante el día de muertos, la Quinta avenida en Playa del Carmen se viste de gala y en ella acontecen desfiles de disfraces, como Catrinas y Calaveras, así como diferentes tours de tacos, o gastronómicos, eventos y buffet de platillos típicos en algunos de sus hoteles y una fiesta y algarabía que dura 2 días.
Playa del Carmen estará plagado de personas disfrazadas, buscando diversión, comida y fiesta, que seguramente te harán pasar un rato muy agradable.
Para llegar a la Quinta Avenida puedes contactar a nuestros expertos en experiencias y agendar un servicio de chofer privado desde Cancún aeropuerto a Playa del Carmen.
¡No te pierdas el día de muertos!
México es un lugar lleno de vida, color, patrimonios culturales de la UNESCO, como son su comida, sus fiestas de día de muertos, así como tradiciones muy ancladas a sus ancestros, por lo que visitar geografías como la de México, durante festividades como estas, conocidas además mundialmente por ser cálidas,coloridas, plagadas de sitios, comidas y personas de interés que llevarán tus sentidos a un nivel de éxtasis como pocas tradiciones podrán hacerlo.
Visitar México durante sus tradiciones es hacerte parte de ellas, sentir la calidéz de las personas y entender por qué incluso, en tiempos en los que “la muerte acecha”, los mexicanos sonreímos, bailamos, comemos delicioso y recibimos a los vivos y a los muertos, por igual, con los brazos abiertos.
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